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Por primera vez en un ring de boxeo, Dan Mendoza estaba usando con éxito lo que más tarde se conocería como un “Uppercut”. En ese entonces, simplemente se llamaba "El Mendoza". 

Hoy quiero contarles sobre una persona extraordinaria, considerado como “El Padre del Boxeo Científico”, Daniel Mendoza (1764 - 1836). Mendoza fue un boxeador inglés sefardí, campeón de los pesos pesados de Inglaterra del año 1792 hasta el año 1795.  

Lo que hace interesante a Mendoza, es que antes de él, los boxeadores generalmente luchaban sin moverse mucho, y meramente golpeaban. El estilo de Mendoza era más trabajado, su "estilo científico" (como lo definia él mismo) incluye muchos movimientos defensivos incorporando así, nuevas estrategias defensivas: moviéndose alrededor del objetivo, agachándose, bloqueando y, más que nada, evitando ser golpeado. 

Para esa época, esto era revolucionario, y gracias a su estilo Mendoza era capaz de derrotar a oponentes de mucho mayor tamaño. aunque sólo medía 1,70 m y pesaba 75 kg, Mendoza fue el campeón de peso pesado número 16 de 1792 hasta 1795, y es, hasta hoy en día, el único peso mediano ganador del Campeonato Mundial de Peso Pesado, llegando a ser invicto en 27 peleas consecutivas. 

Mendoza era un experto en esquivar golpes, ensalzó las virtudes de la finta y del juego de pies. Aumentó la postura típicamente exagerada del boxeo de lado a lado a la de una guardia más recta y cuadrada y con las manos en alto, no muy diferente a la técnica de otro campeón bajo de peso pesado: Mike Tyson. Mendoza al igual que más tarde Cus D'Amato (entrenador de Mike Tyson) creía que eran estas técnicas las que debían dominarse.  

Aunque se puede decir que Mendoza fue uno de los atletas con más talento natural de la historia, nunca tuvo la intención de hacer del boxeo su carrera. Aún así, las peleas siguieron encontrándolo. El método "científico" de boxeo que inventó fue muy efectivo y atrajo a grandes multitudes para ver sus peleas y demostraciones de autodefensa. A diferencia de otros boxeadores de la época, Mendoza luchó con las rodillas dobladas y los brazos protegiendo su rostro en una postura que aún hoy reconoceríamos. Esta postura le permitió bloquear y esquivar rápidamente de una manera que sus oponentes no pudieron. Su habilidad natural junto con este método resultó ser una combinación formidable: en 1788, había ganado veintisiete peleas seguidas. El mismo año, su rivalidad desde hace mucho tiempo con su mentor Richard Humphreys, "The Gentleman Boxer", llegó a un punto crítico.

Mendoza vs. Humphreys

En un combate contra su mentor Richard Humphreys en 1788, Mendoza sufrió una lesión que temporalmente lo dejó incapacitado para caminar y ralentizó significativamente su carrera. Humphreys fue declarado vencedor por defecto, pero su victoria fue hueca ya que no había derrotado a Mendoza como resultado de su habilidad.  

Mientras Mendoza se recuperaba de sus lesiones, se dio cuenta de los rumores de que sus lesiones eran exageradas o incluso falsas. Se sintió obligado a escribir a "The World" para aclarar su versión de los hechos y que sus heridas eran muy reales y habían sido sufridas por un desafortunado accidente (se cayó del ring sobre su cabeza y se lesionó la pelvis). Además, sugirió que si Humphreys quisiera reprogramar la pelea, estaría más que dispuesto a complacerlo. Humphreys se opuso a esto y respondió con una carta propia.

Después de meses de ir y venir, Mendoza y Humphreys finalmente se reunieron para no una, sino tres revanchas a partir de mayo de 1788. Vale la pena señalar que los combates de box a menudo duraban mucho más que hoy, algunos de ellos duraban dos horas o más con docenas de rounds.  

Más allá de una técnica superior, las principales fortalezas de Mendoza fueron la paciencia y la resistencia. Las dos primeras peleas con Humphreys terminaron de manera anticlimática cuando Humphreys se desmayó repentinamente, incapaz de seguir el ritmo de Mendoza. A pesar de que Mendoza regresaba de una lesión, estaba en la mejor forma de su vida.

La tercera y última pelea con Humphreys duró setenta y dos asaltos increíbles antes de que Humphreys renunciara por agotamiento. No volvió a desafiar a Mendoza nunca más. Humphreys aprendió la lección, pero el público no le permitió olvidarlo. Se escribió una canción para conmemorar su lucha en Stilton en Huntingdonshire, que Mendoza incluye amablemente en sus memorias. La canción fue una de las muchas sobre el tema, pero Mendoza informa que esta en particular fue "cantada con grandes aplausos en varias reuniones de convivencia". 

En 1789 , abrió su propia academia de boxeo y publicó un libro “El Arte del Boxeo” cuyas enseñanzas crearon las bases de lo que es hoy en día el boxeo moderno. Mendoza transformó el estereotipo del judío inglés de un hombre débil e indefenso a alguien merecedor del respeto. 

La carrera de boxeo de Mendoza continuó hasta fines del siglo XVIII, en sus esfuerzos por encontrar otras fuentes de ingresos, finalmente se convirtió en el propietario del pub "The Admiral Nelson" en Whitechapel. Ganó y perdió una fortuna y falleció en 1836 a la edad de 72 años. 

Legado

La contribución de Daniel Mendoza al boxeo no se puede exagerar. Durante su vida, se convirtió en una figura pública importante. Ganó el patrocinio del Príncipe de Gales en 1787 y se convirtió en el primer judío en hablar con el Rey Jorge III. Era conocido en toda Gran Bretaña a primera vista, gracias en gran parte a los grabados de él vendidos a los fanáticos, así como a sus frecuentes apariciones en las caricaturas de James Gillray.

Era tan conocido que se escribieron canciones sobre sus victorias e incluso fue mencionado por su nombre en muchas de las obras de la época, incluidas "The Duenna" y "Road to Ruin".  

Al menos tan importante como su contribución al boxeo, allanó el camino para la aceptación de la comunidad judía en Gran Bretaña al desafiar los prejuicios y ganarse el respeto, una pelea a la vez. Aunque hoy no es tan famoso como antes, todos los días se pueden ver pruebas de su influencia. 

Por su aporte y por sus logros deportivos, en 1954 fue incluido en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional, y en 1981, este judío sefardí, haciendo honor a su estirpe, fue introducido en el Salón Internacional del Deporte Judío del Instituto Wingate en Israel. 

"El arte siempre le dará a un hombre la ventaja sobre un adversario que ignora el boxeo. Un hombre con arte, si se combinan también fuerza y actividad, puede ser declarado invencible"... Dan Mendoza. 

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Saludos, nos vemos en el próximo Archivo de Lucha - Emiliano Eijo 

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